lunes, 19 de marzo de 2012

Política industrial: éxito y fracaso... parte II

Edwin Rolando García Caal

Los países del este asiático emprendieron el camino de la industrialización con ideas claras respecto de las fallas de coordinación del mercado, especialmente en las primeras etapas del desarrollo industrial. Sus políticas hicieron hincapié en conductas cooperativas entre las firmas privadas y en estándares de transparencia en el desempeño. Para esto tuvieron una selectiva y muchas veces muy fuerte intervención gubernamental. En el mismo análisis es posible identificar medidas de política muy específicas. Al respecto se realizó el estudio denominado “The East Asian Miracle: Economic Growth and Public Policy” realizado por el Banco Mundial (1993) y dirigido por J. Page. Es claro que en estos países el gobierno intervino sistemáticamente y a través de múltiples canales. Dos fueron las vías de intervención. La primera de ellas se enfocó en los equilibrios macro económicos. La segunda vía se enfocó en intervenciones selectivas a las fallas del mercado. Sin embargo, todos los países tuvieron clara la idea de que el proceso de industrialización no tiene una explicación única. En ese sentido lo que para unos países era una falla de mercado para otros países del mismo este asiático no lo era. Esto dependía de sus objetivos.

En la primera vía, la estabilidad macro económica se garantizó a través de grandes inversiones en capital humano, sistemas financieros estables y seguros, limitadas distorsiones de precios y apertura a la tecnología extranjera. El gobierno motivó tasas de interés positivas pero bajas, posibilitó el crédito dirigido, realizó una promoción industrial selectiva y estableció políticas comerciales de empuje exportador. Se garantizó el marco para las inversiones privadas a través de incrementar la integridad del sistema bancario de tal forma que se incrementaran los niveles de ahorro con ahorristas no tradicionales (todos los bancos en la República de Corea y de las provincias de Taiwan eran de propiedad pública). Las políticas educativas se focalizaron en la educación primaria y secundaria para generar rápidos incrementos en las habilidades de la fuerza de trabajo. Para mantener un estado fuerte, se garantizó el capital humano de las instituciones de gobierno a través de las contrataciones de los servidores públicos con un servicio civil de alta calidad, capaz de verificar el desempeño de los empleados públicos. Se garantizó el puesto de trabajo pero a la vez se garantizó la calidad del servicio del empleado público. El gobierno no suplantó a las empresas sino buscó fortalecer sus limitaciones. Los entes de dirección económica, mantuvieron una distorsión de precios dentro de un rango permisible.  

En la segunda vía, inicialmente los países se abrieron a la tecnología exterior con características de bien público. No era posible motivar un rápido crecimiento si no se lograba aprovechar las tecnologías disponibles internacionalmente. Sin embargo, evitaron las tecnologías experimentales y las tecnologías muy anticuadas. Asimismo, no se pusieron como meta crear nuevas industrias sino mejorar la productividad física de las existentes. El gobierno estaba en busca del empresario innovador para llenar horizontalmente aquellos mercados incompletos. En la República de Corea se optó por los carteles industriales. En Taiwan se optó por el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. En Corea, Taiwan y Japón se siguió en la ruta de las empresas públicas mientras que en Dinamarca, Suecia, Finlandia, Tailandia, Malasia e Indonesia se optó por las empresas transnacionales. Cuando se encontró heterogeneidad entre firmas de una misma industria, antes de hacer grandes inversiones en investigación y desarrollo se promovió una rápida difusión de las tecnologías disponibles internacionalmente. Se apoyó a aquellas firmas que demostraron capacidad para competir con los países desarrollados con más rapidez que el resto. Japón, Corea y Taiwan realizaron promoción de las exportaciones con una limitada liberalización de las importaciones. Hong Kong y Singapur iniciaron la promoción de las exportaciones con una liberalización total de las importaciones.

Con el objetivo de incrementar la productividad, intervinieron los mercados seleccionados de una forma tan rigurosa pero amparada por la fuerte institucionalidad del Gobierno. Algunos países motivaron un incremento en la innovación a través de certámenes económicos públicos, que combinaron la competencia con los beneficios de la cooperación entre las firmas y el gobierno, asimismo permitieron la competencia y cooperación en el sector privado específico. El gobierno establecía las recompensas según el desempeño de las empresas. Los resultados eran verificados por las firmas que competían y por el gobierno. Al respecto se contaba con jueces competentes e imparciales. Quien mayor innovación lograba recibía la recompensa. El gobierno fue el encargado de diseñar los certámenes para que fueran inmunes a interferencias políticas. Las políticas agrícolas forzaron el cambio en la productividad pero sin cargar excesivamente de impuestos a la economía rural. Las fallas de mercado se estudiaron a nivel micro económico. Para resolverlas fueron evaluados los contextos locales, las capacidades tecnológicas endógenas alcanzadas por la industria, la capacidad para la transferencia y la necesidad del involucramiento o no del gobierno.  Se evaluó la necesidad de hacer una intervención continua o momentánea.

La experiencia de los países del este asiático muestra que los casos exitosos se deben a un conjunto de variables y al funcionamiento global del sistema. El cambio propicio incluye un Estado con instituciones sólidas y una adecuada promoción de la competitividad, en la línea de las ventajas comparativas. Promover una adecuada política industrial parece exigir entre sus características el poder de constituirse en un marco necesario para conformar el entorno de las firmas, considerando la infraestructura física, el aparato científico tecnológico, la educación orientada a la innovación, la red de proveedores y sub contratistas, los sistemas de distribución y comercialización, los valores culturales, las instituciones, el marco jurídico, metas de largo plazo pero con acciones con efectos de corto plazo, un proceso endógeno continuo, con responsabilidad de los empresarios y un sector público capaz de sancionar el comportamiento ineficiente, sin apadrinar la falta de competitividad.

El reto de la industrialización hoy, trae consigo prohibiciones interesantes. No es posible mantener bajos salarios, afectar el medio ambiente, hacer sobre protección de las firmas, dar elevados subsidios a las exportaciones, olvidar el beneficio social de las políticas. Todo ello depende y exige una elevada capacidad y creatividad gubernamental para diseñar y llevar a cabo las acciones sobre los distintos agentes económicos. Asimismo, el gobierno debe tener la capacidad institucional necesaria para mantener un marco macro económico consistente con la política industrial que se establezca y en lo que le compete mejorar el capital humano, hacer evaluación exante, durante y expost, en total transparencia, con objetivos claros y elementos de promoción decrecientes que permitan el paso de un sistema de premios a uno de castigos. Claro que los procesos de aprendizaje no surgen automáticamente, por eso también es importante saber que se cometerán errores, pero es mucho mejor cometerlos si resultan de esfuerzos dirigidos y no de resultados casuales.

Para ampliar y discutir:
Qué papel tiene la educación universitaria dentro del tema de la política industrial?

Documentos consultados: Kosacoff y Ramos, 1999. El debate sobre política fiscal. CEPAL.

No hay comentarios: