jueves, 12 de noviembre de 2020

Estudio de caso: los hogares comunitarios del municipio XY

                                                                                                      Edwin Rolando García Caal

En un municipio se censaron 45,000 viviendas con familias de entre 5 y 3 miembros. Luego de una reunión en el salón comunal, los representantes de las colonias hablaron de la pobreza en la que se encontraban las familias, debido a que en cada hogar sólo el hombre trabajaba y las mujeres no podían hacerlo porque tenían que cuidar a sus hijos menores de 5 años.

Alguien propuso una solución. Que en cada colonia se buscara una mamá dispuesta a cuidar a los niños de los vecinos a cambio de un salario. Ese salario lo pagarían el resto de mamás que saldrían a trabajar. Para que el cuidado de los niños fuera satisfactorio, las mamás que saldrían a trabajar aportarían una cuota mensual para la mamá cuidadora, de tal forma que su remuneración fuera “una muy buena remuneración”. Las mamás que salieron a trabajar obtuvieron trabajos de 3,000 quetzales y entre todas pagaban a la mamá que cuidaba a sus hijos  un salario mensual de 5,000 quetzales, aduciendo que esto estaba fundamentado en la solidaridad.

Al primer mes ya se encontraban en cuidado comunitario 90,000 niños y el éxito del proyecto permitió llegar al segundo mes con 100,000 niños en cuidado comunitario.

Con hombres y mujeres trabajando, el municipio empezó a salir de la pobreza, dejaron de existir casas de lámina, de madera y de cartón. Las colonias construían casas de block, muchas familias compraron carro, hasta construyeron casas de segundo nivel. Todos estaban muy felices.

Pero... Las nuevas generaciones de hogares iniciaron a protestar porque se preguntaban cómo es posible que el salario de las cuidadoras comunitarias fuera mayor al salario mínimo y aún más, era inaudito que ganaran más que el salario que ganaban las mujeres que aportaban para dicho salario. El Gobierno recibió las denuncias y convocó a las cuidadoras para conformar una Junta Directiva, que permitiera responder en conjunto a las demandas. El Presidente de esa Junta Directiva sería nombrado por el Gobierno. Por su lado las organizaciones de vecinos de las colonias iniciaron acusaciones ante la organización de cuidadoras, eso en los tribunales de Justicia, para obligar a las cuidadoras comunitarias a tener certificación de salud, explicaron que al ser un servicio de Gobierno, las cuidadoras debían garantizar cuidados de calidad para los niños. Tenían que subcontratar guardias de seguridad privada para cuidar las casas de cuidado comunitario y también debían presentar estados financieros debidamente auditados para explicar cómo utilizaban los 5,000 quetzales que recibían con los impuestos que aportaban las familias.

El Gobierno, envió comisiones de la Contraloría General de Cuentas para hacer auditorías a las cuidadoras comunitarias y dijo que tenían que responder entre todas a través de la Junta Directiva por ser ellos los representantes y debían responder como una sola institución a las demandas de la población.

Un siguiente presidente del Gobierno, decidió que siendo las casas de cuidado comunitario una institución pública, estaban obligadas a recibir a los hijos de los empleados del gobierno que se encontraban en el municipio vecino y así lo hicieron. Sin embargo, como el gobierno no está obligado a pagarle a las instituciones de gobierno, el cuidado de estos niños del municipio vecino sería gratuito. Es decir que el Gobierno no daría ninguna aportación a las casas de cuidado comunitario.

Debido a que la cantidad de niños a cuidar era demasiada, las mujeres encargadas de las casas comunitarias salieron a buscar trabajo y con su salario completaban los gastos que era necesario hacer para pagar el guardia de seguridad y comprar los insumos para mantener las normas ISO 9,000 que debían garantizar según los requerimientos de la población.

Muchas familias están inconformes con la calidad de los cuidados que los niños reciben y han decidido demandar a las casas de cuidado comunitario ya que están pagando por el servicio, no es algo regalado y por lo tanto, quieren recibir un servicio de calidad. Quienes más demandas están planteando son los trabajadores del Gobierno quienes exigen calidad a cambio de sus impuestos.

Los trabajadores del gobierno, al ver que es muy oneroso poner denuncias con el auxilio de un abogado, han acudido a la Procuraduría de los Derechos Humanos y son los Delegados de Derechos Humanos los que están visitando los hogares comunitarios y exigiendo servicios de calidad, ya que según explican, ese es el servicio que las familias están pagando y el Gobierno debe garantizar los derechos de los ciudadanos. Señalan que los hogares comunitarios son un derecho social.

La Junta Directiva de las casas de cuidado comunitario ha sacado un pronunciamiento, señalando que los 5,000 que reciben de salario no es suficiente y por lo tanto, solicitan que la población pague más. En respuesta conjunta, los hogares, el procurador de derechos humanos, los jueces y los ministros de Gobierno se han dado a la tarea de vociferar que primero se mejore la calidad de la atención, que primero se amplíe el espacio en donde los niños puedan jugar dentro de las casas de cuidado comunitario y después se hable de pedir más dinero, pero que consideran un mal uso de los recursos, proponiendo algunos que mejor se privatice el servicio y que sean las empresas privadas las que se hagan cargo, ya que estas entidades garantizan una mejor calidad de la atención.

Para  minimizar la mala calidad de la atención, algunos jueces han puesto amparos en favor de una empresa que vende los pañales desechables más caros y con esto están obligando a las casas de cuidado comunitario a comprar sólo de esos pañales. Desobedecerlos se pagaría con prisión.

Planteamientos a resolver

¿Cuáles serían por lo menos 5 propuestas que permitan poner fin a los problemas de las casas de cuidado comunitario en el municipio XY?