Edwin Rolando García Caal
Un tema importante
en los paneles internacionales de política, desde la creación de la Organización de las
Naciones Unidas en 1945 es el tema de los productos forestales maderables. Este
sector del comercio mundial posee una historia continua de negociaciones, tanto
medioambientales como comerciales, que han influenciado su trayectoria tanto nacional
como internacional. En el pasado, el tema forestal fue el primero de los
recursos naturales abordado desde la perspectiva del agotamiento. Esto puede
observarse en la publicación de “El turno forestal óptimo” de Faustmann en 1849,
el programa de trabajo del PNUMA[1]
que surgió de la conferencia de Estocolmo en 1972, y en la basta literatura en
economía forestal que surgió después de las publicaciones de Samuelson en 1976.
En 1973 las
estadísticas de ambiente, que ya eran un tema importante en el seno de la Comisión Económica
para Europa –CEPE-, mostraban un acelerado agotamiento de los recursos del bosque
en algunos países europeos, tal como lo había denunciado el inglés H. F. Barnes,
con una publicación de 270 páginas titulada “GALL MIDGES OF TREES” en 1951. En América, el Servicio Forestal de
los Estados Unidos, Región de California publicó a finales de 1950, un
documento en el cual expone los principios fundamentales para combatir los
incendios forestales que ponen en riesgo los inventarios de madera en pie, y en
el mismo periodo, en “THE CLOSING OF THE
PUBLIC DOMAIN” el autor E. Louise Peffer da cuenta de cómo Gifford Pinchot,
presidente de los Estados Unidos de América se vuelve el principal defensor de
la «lucha por la conservación», al preparar sucesivas medidas a adoptar para
conservar los bosques públicos de dicho país.
En el presente, el tema de la protección de los
recursos forestales se ha visto modulado por el paradigma del desarrollo
sostenible. El interés por la implementación de indicadores forestales que
evalúen la sostenibilidad del recurso parece remontarse al año 1992, año en el
que la Organización Internacional
de las Maderas Tropicales (OIMT) fundada en 1986, introdujo el concepto de “criterios
e indicadores” como una terminología de la gestión forestal sostenible y a
partir de estos, promover la certificación forestal. Esta introducción del concepto estaba apoyada
en la propuesta de llevar un manejo apropiado de todos los tipos de bosques,
como tema de suma importancia en la
Cumbre de la
Tierra o Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro en junio de
1992. En esa reunión se hizo un llamado a todos los países, instándolos a
garantizar el desarrollo sostenible, basados entre otros componentes, sobre una
Declaración de Principios sobre los Bosques.
Los otros componentes
del CNUMAD, que dieron origen a una serie de convenciones sobre diversidad
biológica, cambio climático y desertificación y un plan de acción para el siglo
XXI, conocido con el nombre de Agenda 21, también tenían implicaciones para el
manejo de los bosques. El agotamiento y la sostenibilidad forestal han sido
tema de debate durante los anteriores 12 años. Inicialmente dentro del seno del
Grupo Intergubernamental sobre los Bosques (GIB) (1995 – 1997), después en el
marco del Foro Intergubernamental sobre los Bosques (FIB), (1997 – 2000) y a
partir de octubre de 2000 a
septiembre de 2007 dentro del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques
(FNUB). El desenlace de estas negociaciones ha sido la aparición de licencias
para explotación, prohibiciones rotundas, restricciones limitadas en los países
exportadores y certificación forestal.
A la par de estas
consideraciones ambientales o inicialmente evaluaciones del agotamiento de los
bosques, se encuentra el tema del comercio internacional. La Organización Mundial
de Comercio, leal a sus principios de no intervención del mercado, apunta al
tema de la competitividad internacional como una igualdad con las posibilidades
y limitaciones del mercado interno. Este abordaje implica comprender los
límites del mercado, así como los esquemas geográficos de las negociaciones y
los patrones actuales de comercialización. Inicialmente, para caracterizar el
mercado se puede decir que los productos forestales maderables que tienen
acceso internacional, según las estadísticas de la FAO , son principalmente los troncos de madera,
trozas, madera aserrada, madera terciada, muebles, pulpa y productos de papel.
La leña y el carbón, a
pesar de constituir el 55% de la explotación forestal maderable en el mundo,
representan únicamente el 0.3% de los productos maderables comercializados
internacionalmente, por lo que no se consideran productos de exportación.
Asimismo, no es posible estudiar el comercio de los productos forestales no maderables,
como el maguey, las especies silvestres y las plantas medicinales, porque
contribuyen muy poco con su volumen y valor al mercado internacional y porque
escasean las estadísticas sobre el comercio de estos productos. Aun más, según
el peso porcentual de los productos transados en los mercados internacionales, se
puede decir que...
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