jueves, 15 de marzo de 2012

Coordinación en los mercados industriales

Edwin Rolando García Caal

Existe en la estructura del mercado industrial un contexto de interdependencia y de especificidad de los servicios que resulta muy importante para la eficiencia. Sin embargo, estos servicios necesitan coordinación. Dicha coordinación, de ser hecha por el mercado, incurriría en altos costos de negociación, lo que impactaría seriamente la eficiencia; por otro lado si la coordinación fuera hecha por el Estado (desde una visión centralizada), incurriría en altos costos de información, lo cual impactaría seriamente el bienestar social.

En ese sentido lo más conveniente es una política industrial que, sin eliminar el incentivo del beneficio privado, socialice el riesgo; promoviendo transformaciones adicionales a las que el mercado no podría llegar por si solo. Esta función de la política industrial tiene un mismo papel en dos dimensiones: Una dimensión estática y una dimensión dinámica. Su papel es evitar las fallas de coordinación.

La política industrial en la dimensión dinámica implica, en el primer ámbito de acción, intervenir en las decisiones de inversión inicial. Es importante identificar que una inversión por encima de las necesidades (sobreinversión), para entrar al mercado, podría llevar a la firma a la quiebra por falta de demanda. Por otro lado, una inversión por debajo de las necesidades (subinversión), para entrar al mercado, podría llevar a una insatisfacción social por producción baja, lo que podría dar un mensaje sobredimensionado a la competencia, respecto de las necesidades de inversión y llevaría a una sobreinversión, lo que puede hacer que varias firmas quiebren y se pierdan los recursos. Este problema se llama incertidumbre. La política industrial puede corregir la incertidumbre a través de investigaciones de mercado que midan el tamaño de la demanda, haciendo que la entrada a ella sea óptima.

Igual que a la entrada, existe también incertidumbre a la salida del mercado. Una caída temporal de la demanda puede dar lugar a una guerra de precios entre las firmas, lo que posibilitaría la sobrevivencia de las firmas más fuertes y la salida de las otras. Esta salida llevaría a una pérdida de recursos sociales y como consecuencia posibilitaría la formación de monopolios, una vez que el mercado estuviera en la fase de recuperación. La política industrial permite la coordinación de salida a través de carteles de recesión (Chang, 1994), lo que llevaría a las industrias a la aplicación de medidas conjuntas y conciliadas. Estas medidas, si persiste la caída de la demanda en el mediano plazo, llevarían a una reducción negociada de la capacidad productiva de la industria como tal. Por el contrario, si los riesgos deben ser asumidos por los individuos es posible que los cambios necesarios no se produzcan.

La socialización del riesgo a través de la política industrial es una forma de promover transformaciones que involucran interdependencia. El fin de la política en el tema de la coordinación es preservar la diversidad de firmas en la industria y por ende reducir la posibilidad de la conformación de mercados monopólicos y oligopólicos. Asimismo, las industrias incipientes pueden necesitar ciertas garantías en cuanto a la entrada de potenciales competidores para lanzarse al sendero de la creación de conocimiento. Bajo esta necesidad la política industrial puede posibilitar la conveniencia de proteger a dichas industrias y coordinar los proyectos. Cuando el mercado industrial ha madurado sólo queda hacer política industrial estática. Esta política buscará únicamente proporcionar información a las industrias, sin protegerlas ni garantizar su permanencia en el mercado, ya que estas medidas sólo son necesarias en la primera etapa de formación del mercado. La mejor forma de hacer política industrial estática es la coordinación de la investigación universitaria con el fin de promover la innovación tecnológica y articular dichas actividades con el mundo de la producción. Asimismo, otra forma de hacer política industrial estática es haciendo posible la creación de instituciones privadas que permitan socializar los riesgos inherentes a la actividad innovativa.

Para reflexionar y ampliar: Cuáles son las ventajas de la diversidad de firmas en una industria? Por qué es recomendable no dejar a todas las firmas de una industria en situación de autarquía?

Documentos consultados: Kosacoff y Ramos, 1999. El debate sobre política industrial. CEPAL.

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