viernes, 9 de febrero de 2018

El origen de las normas internacionales de auditoría -NIA-


Edwin Rolando García
Facultad de Ciencias Económicas
Febrero de 2018


Las empresas hacen uso de la contabilidad para tomar decisiones sobre sus gestiones financieras. En ese sentido, los sistemas contables deben permitirles cumplir con dichos fines, que son de carácter interno a las organizaciones y que a la vez les permiten cumplir con sus obligaciones tributarias. Ahora bien, existen otros usuarios de la información contable como los financistas (bancos), los inversionistas y los administradores tributarios. Este segundo grupo de usuarios debe confiar en los estados financieros que se generan en el sistema de contabilidad de la empresa, pero dicha confianza descansa en la acción de juzgar los procedimientos contables de manera técnica, responsabilidad que es practicada por el Contador Público y Auditor independiente.

Para que esta acción de juzgar los estados financieros de una empresa sea un proceso sistemático, debe fundamentarse en principios de contabilidad generalmente aceptados y su correcta aplicación. Debido a que la auditoría es una función pública debe hacerse sin prejuicios, con integridad y libre de presiones. Como otras acciones públicas, la mejor forma de garantizar la imparcialidad del análisis ha sido la estandarización de normas, lo que históricamente inició en 1917 con las publicaciones del Instituto Americano de Contadores Públicos, entidad que planteó la primera Codificación de Normas y Procedimientos de Auditoría. Esta codificación se inició con pronunciamientos individuales que fueron consolidados en la Declaración sobre Procedimientos de Auditoría que se emitió en 1951, cuando ya se contaba con 24 pronunciamientos del Comité de Procedimientos de Auditoría. Varios comités publicaron procedimientos de auditoría entre 1951 y 1974.

Finalmente, en octubre de 1978 se integró el Consejo de Normas de Auditoría (Auditing Standars Board) como sucesor de los comités técnicos anteriores que tenían a su cargo lo referente a auditoría. Dada la importancia de este tipo de organizaciones se creó el Consejo de la Federación Internacional de Contadores (IFAC), entidad que aprobó la publicación en julio de 1994, de la nueva edición de las Normas Internacionales de Auditoría y Servicios Relacionados.

Como la misión del IFAC, según se declara en su constitución, es “el desarrollo y enriquecimiento de una profesión contable que sea capaz de proporcionar servicios de una consistente alta calidad para el interés público” con el tiempo, esta entidad se ha constituido en la autoridad a la que le corresponde publicar y actualizar las Normas Internacionales de Auditoría (NIA). Detrás de la aplicación de las normas se ha creado un código de ética para los profesionales que las deben aplicar.

A continuación se comparten algunos documentos que permiten dar a conocer los niveles de desagregación de las NIA y sus actualizaciones.

Código de ética (Descargar)
Evolución de la profesión de auditoría (Descargar)
Origen de las NIA (Descargar)
Anexo a la resolución técnica No. 32 (Descargar)
NIAs revisadas en 2015 (Descargar)
NIIF para PYMES (Descargar)
NIIF parte A (Descargar)
Conceptos generales de Auditoría (Descargar)





miércoles, 7 de febrero de 2018

Un profesor universitario: innovador y creativo

Edwin Rolando García
Facultad de Ciencias Económicas, USAC
Guatemala, febrero de 2018
catedra.de.edwin.garcia@gmail.com



La enseñanza universitaria está urgida de una transformación que permita darle sentido al conocimiento de la realidad social a través de la innovación y la calidad docente. Aprender en la universidad ha perdido sentido, por cuanto otras plataformas de información reaccionan de manera más inmediata a las necesidades del aprendizaje. Los procesos de cambio que afectan a la sociedad actual, ocurren con una velocidad mayor que supera por mucho la capacidad de actualización de la malla curricular en las universidades y por supuesto, superan los procesos de actualización docente. Por eso la creatividad docente debe tener un lugar destacado dentro de todo lo que ocurre en la globalización.

Está claro que los tradicionales contenidos académicos y la forma de impartirlos con marcador, pizarra y diapositivas de PowerPoint, son cosas que han quedado enterradas en el pasado de la educación. Si un docente universitario continúa con esas estrategias, lo más que puede esperar es el desánimo del estudiantado y por supuesto una clasificación social que lo califique como un profesor anticuado. Peor aún si se le ocurre apagar la luz para presentar sus diapositivas.

La enseñanza de hoy debe centrarse en la evidencia empírica, que puede encontrarse en el espacio temporal de un clic informático. Esto trae a colación el ejemplo de la última década del siglo XX cuando se planteaba que un docente que mostraba afanoso un cartel con el dibujo de una vaca fue abruptamente interrumpido cuando por la ventana del aula, una vaca de verdad, de carne y hueso, asomó la cabeza. La enseñanza actual debe estar basada en la información, ya no en ejemplos. El aprendizaje de hoy se resume en la sumatoria de actividades y no en el conteo de clases magistrales.


Siendo que la creatividad es el alma de cualquier estrategia innovadora, debemos aprender a trasladar al plano educativo, las acciones de la realidad que han demostrado que el desarrollo de los países se ha logrado en función de un invento que resume la capacidad de inventiva de cierta población, pero que se ha innovado constantemente a través de una sed de lo nuevo, que ha terminado en transformar los procesos de producción en función de una demanda educada para el cambio, una revolución industrial que alcanzó a cambiar la forma de percibir la realidad en permanente innovación. Por lo tanto, no es posible referirnos a la enseñanza universitaria al margen de esa permanente revolución industrial. 

¿Qué es entonces lo que se debe enseñar? Indudablemente ya no se deben enseñar contenidos, se debe enseñar a los estudiantes a ser profesionales competentes para analizar, en su ámbito, los contenidos obtenidos de la realidad (objetiva o subjetiva) por cualquier medio, y a utilizar esa información para resolver los problemas de la sociedad; no sin antes investigar apropiadamente (de manera técnica y científica) dichos contenidos para discernir entre los verdaderos y los equivocados y así, en función de su capacidad de innovar, enseñarle a proponer mejoras en busca del bienestar social. 

Los estudiantes universitarios necesitan crear sus propios puntos de vista, desarrollar valores y actitudes, saber exponer sus ideas, con fundamento en la información y a discernir entre lo empírico y lo científico. En resumen, el profesor universitario debe crear estudiantes protagonistas capaces de construir conocimiento, a partir de los contenidos que se socializan por cualquier medio de comunicación, en función de sus propias ideas, y con el respaldo de la técnica y la ciencia. El estudiante debe aprender en el camino profesional a mejorar esta práctica. 

¿Cuáles serían los pasos o gradas a seguir? En primer lugar, estar en posesión del contenido, a partir de diferentes autores. En segundo lugar, contar con un espacio dentro del aula para la reflexión y el análisis de esos contenidos, de tal forma que se alcancen las competencias de la cooperación y el discernimiento social. En tercer lugar, debe recibir el estímulo para utilizar dicho contenido en la solución de una problemática. En cuarto lugar, debe visualizar el camino de la autoformación para mejorar el aprendizaje. Esto significa aprender a saber, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a auto innovarse, para no ser únicamente un producto temporal de la universidad. 

Este tipo de aprendizaje se logra a partir de un profesor universitario flexible, capaz de relacionar el conocimiento del que se es experto, con lo que ocurre en la vida diaria de los estudiantes; un comunicador capaz de inducir a los sujetos del aprendizaje hacia los fines de la educación, un líder que proporcione seguridad de que no se está avanzando a la deriva y un promotor del juicio crítico. Si se logra que el estudiante disfrute lo que está aprendiendo podrá hacer aportaciones personales que harán más activo el proceso educativo. 

Un profesor innovador y creativo no da cuestionarios a los estudiantes porque esa estrategia atomiza su conocimiento y limita sus capacidades de aprender, no asigna una cantidad de páginas para el examen como si la vida profesional fuera a limitarse entre la página 8 y la 69. Un profesor innovador estimula la creatividad y no bloquea otras alternativas de solución que pueden ser descubiertas fácilmente por los estudiantes en un tutorial de YouTube. Cuando un profesor universitario condiciona al alumno a realizar únicamente el procedimiento que se enseñó en clase, está negando la direccionalidad del ingenio humano. Un profesor innovador y creativo plantea metas a los estudiantes y les informa cuando las han alcanzado. 

Todo en la vida puede sufrir modificaciones, como aquel trabajo de oficina que es urgente porque lo pidió el Gerente General, pero nada de eso importa cuando le llaman y le informan que alguien de su familia sufrió un accidente. 

En ese sentido, el docente innovador y creativo muestra que las acciones de aprendizaje tienen condiciones espaciotemporales que se pueden modificar en función de situaciones nuevas que aparecen a lo largo del proceso. 

Un docente innovador y creativo comprende y transmite una visión holística de la realidad. Las partes del cuerpo funcionan muy bien, pero una persona no es sólo anatomía, o sólo fisiología, porque cuando actúa, también hace uso de sus sensaciones, pensamientos, percepciones y emociones y en función de eso se crea aquella realidad que el estudiante debe aprender a modificar; por lo tanto, no debe aprender sólo la técnica porque las máquinas si bien juegan un papel decisivo en el desarrollo social, la dinámica humana es la que aporta el entusiasmo de la vida, sus dificultades y sus fines. 

El cambio que se propone también señala la necesidad de modificar las estrategias de evaluación. Fundamentar la eficacia del proceso de aprendizaje en función de exámenes parciales limita las motivaciones del aprendizaje como proceso, indicarles a los estudiantes que las actividades que realizan no tienen valor en sus créditos académicos significa desmotivar el clima educativo. En ese sentido, toda actividad realizada en el aula para la socialización del razonamiento crítico debe tener un punteo y mostrar de forma acumulativa cómo se va en el logro de las metas. 

¿Sobre qué debe estar fundado el aprendizaje? Pareciera que los fines y las técnicas funcionan para lograr objetivos diferentes, sin embargo, la universidad deberá seguir manteniendo su función social, que es la investigación. 

El rigor de la metodología científica está basado en la investigación, lo que señala mucha lectura y mucha indagación metódica. Estos son los fundamentos de cualquier materia de estudio. Un solo libro de texto es un error para la educación en la universidad. La construcción del conocimiento debe estar basada en mucha lectura y mucha investigación (documental y de campo). Este recurso seguirá siendo válido, pero sólo si se enseña y se evalúa la forma correcta de promover la construcción individual del aprendizaje, esto es la redacción. Si se permite que los estudiantes realicen únicamente prácticas de copiar y pegar, se está limitando el aprendizaje de los referentes, la rigurosidad y el respeto a los derechos de autor y se limita la práctica de las técnicas de redacción. 

Todas las modalidades del aprendizaje deben posibilitar la construcción de exposiciones escritas propias pero fundamentadas en referencias bibliográficas que deben seguir protocolos y normas establecidas en el ámbito nacional e internacional. 

Si este es el camino para que el profesor universitario sea creativo e innovador, es de esperar que la administración de la academia cambie para permitirle al docente universitario disponer de los recursos necesarios para transformar su labor educativa en apego a lo aquí planteado. 

Bibliografía 

Morin, E. (2001). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Barcelona: Paidos.

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