domingo, 5 de febrero de 2012

Educación ¿Para qué?

Edwin Rolando García Caal

En 1943 Abraham Maslow escribió “Una teoría sobre la motivación humana”. En su ponencia Maslow explica su descubrimiento de que ciertas necesidades prevalecen sobre otras, por ejemplo si una persona tiene hambre y sed, tenderá a calmar su sed antes que comer  (Boeree, 2003). El autor amplió sus estudios hacia 5 grandes bloques de necesidades: fisiológicas, de seguridad, de pertenencia, de estima y de autorrealización. En sus experimentos descubrió que algunas necesidades no aparecen en la mente de las personas hasta que cada individuo logra satisfacer las necesidades de nivel inferior. Maslow investiga sobre las razones que hacen a cada ser humano buscar la satisfacción de las necesidades de forma escalonada y ese fin es el que acompaña a sus publicaciones. Entre sus conclusiones también sugiere que sólo un 2% de los individuos logra llegar al último peldaño de la satisfacción de sus necesidades.

Profundizando en esta situación Maslow descubrió que las personas que logran satisfacer todas sus necesidades tienen cualidades específicas. Son personas centradas en la realidad, que se enfocan en la solución de los problemas y no en los problemas, perciben de forma diferente los significados de los fines, son abiertos a la variedad étnica e individual, prefieren aceptar a las personas como son, no son pretenciosos y artificiales, son creativas e inventivas (Boeree, 2003). A primera vista pareciera que la autorrealización no es para todos, ya que es difícil para una persona acumular todas estas cualidades. Sin embargo, ocurre que había una cosa en común entre todos los sujetos de su experimento, que según este autor eran personas autorrealizadas, esa cosa en común fue que todas ellas eran personas educadas. Esto podría dar cabida a una conceptualización específica y diferente de la autorrealización. El análisis puede partir de la siguiente premisa: “la educación es necesaria para la autorrealización individual y permite en forma escalonada la satisfacción de las necesidades de forma planificada”.

Este es un aspecto profundo en el análisis de los beneficios de la educación. La educación es tan importante para la vida humana que no forma parte de sus necesidades, sino que es el medio para exteriorizar sus necesidades y por ende motiva hacia la satisfacción de las mismas, inclusive a la satisfacción de aquellas necesidades que aún no son percibidas por la fisiología humana. Esto significa que la autorrealización tiene que ver con el hecho de preparar satisfactores para aquellas necesidades que aún no aparecen en la historia individual. La educación y las necesidades encuentran interrelación en los aspectos de salud, economía, ambiente y cultura. En ese sentido el beneficio de la educación se puede plantear en dos ámbitos: el individual y el social. La educación es útil para lograr la satisfacción de las necesidades individuales, pero también para encontrar el camino a la satisfacción de las necesidades sociales.

Ahondando en el tema de la salud, debe reconocerse enfáticamente que la educación es un factor determinante de la salud. Es bien sabido que quienes están más predispuestos a tener mala salud no son únicamente los más pobres, sino también quienes tienen un menor nivel de educación (UNICEF, 1997). Gran parte del trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el área de educación para la salud y promoción de la salud, gira alrededor del concepto de los ‘contextos para la salud’. Este concepto se basa en la suposición de que es muy probable que la gente se interese por la enseñanza organizada si se da cuenta de la conexión existente, entre los programas de salud y las situaciones y circunstancias de la vida diaria que propician o impiden la salud.

De hecho, si una persona se fija en los ‘contextos’ en los que muy probablemente se vaya a llevar a cabo algún tipo de aprendizaje sobre la salud, podrán identificarse nuevos puntos de acceso para la promoción de la salud y la educación sanitaria (UNICEF, 1997). Se sabe de grupos sociales que a pesar de tener medios suficientes para la buena alimentación y nutrición por carecer de educación terminan siendo presa de la malnutrición y la desnutrición. El punto es que la educación es necesaria para mantener la salud individual y social.

Ahondando en el tema de la economía, se debe reconocer que la educación también tiene una relación directa con la economía. Un individuo educado tiene mayores posibilidades de participar en el sistema económico aprovechando las ventajas de sus capacidades potenciadas (Coraggio, 1992). Para André Page la educación puede contribuir al desarrollo económico por todo aquello que le aporta al hombre en su doble calidad de individuo y de miembro del cuerpo social (Page, s.f.). El economista John Simmons escribe “si la escuela puede igualar las aptitudes intelectuales de la población, esto provocará una igualación de las oportunidades económicas y la reducción de la desigualdad en los ingresos. De la misma forma Jean Fourastié ha escrito que "un país subdesarrollado es un país subeducado". Ante todo lo referido, es común el análisis de que la educación interviene en el proceso económico esencialmente por intermedio del factor humano (Valverde, s.f.). En ese sentido, lo más común para lograr el progreso económico individual es a través de la educación y aunque en lo individual sean visibles otros caminos para el progreso económico, en el nivel social la situación es más puntual. Un pueblo educado muestra, en todos los niveles de intervención económica, una ventaja clara sobre aquellos grupos sociales no educados. Estos elementos pueden observarse de forma empírica con datos estadísticos básicos en los grupos sociales municipales, departamentales y nacionales de Guatemala.

Pero los beneficios de la educación no se quedan en el nivel de la salud y la economía. En la última década, a la educación se le ha dado una responsabilidad mayor. El desarrollo social ha llegado al punto en que la humanidad es consciente de que las plantas, los animales, el suelo, el agua y los otros elementos del ecosistema, son indispensables para la vida del ser humano, por lo que resulta un deber ineludible para todos conservar estos recursos naturales básicos. La responsabilidad en la protección del medio ambiente y los recursos naturales y artificiales, ha sido encomendada a la educación ambiental (Guatemala: Decreto del Congreso de la República 38-2010). Esto no es sólo una ocurrencia nacional. La educación es a nivel mundial el elemento más útil en la conservación del ambiente y por lo tanto en la preservación de toda la vida del planeta, beneficios sociales y mundiales de carácter global. Sin embargo, el interés por la educación ambiental no se queda atrás en lo individual. En el caso de las comunidades más pobres del país, el abordaje de la educación ambiental ha posibilitado proyectos de conservación que han aportado beneficios económicos y de salud a las familias. Las áreas protegidas no traen tantos beneficios sociales como los procesos de educación en donde se ha enseñado a la población a sacar ventaja económica de la protección del ambiente (CONAP, 2005).

Una última relación que cabe señalar en este artículo tiene que ver con los beneficios que la educación aporta a la cultura. La cultura no es concebida sólo como el cúmulo de conocimientos existentes en el ámbito científico. La cultura tiene que ver con la diversidad cultural. La sociedad está integrada por un conglomerado de grupos sociales con diferencias en la forma de ver al mundo y con diferencias lingüísticas para establecer sus relaciones de comunicación. El respeto a las diversas formas de concebir la vida como idiomas y concepciones de naturaleza distinta, pero con un solo origen es un reto formidable. El fin de la educación y su relación con la cultura es la construcción de la equidad. Esto significa apreciar y respetar la identidad de todos los grupos humanos, sin perder la identidad propia (Couder, 1991)

Un pueblo educado en la diversidad étnica, en la diversidad cultural y en la diversidad lingüística encuentra no sólo una razón para la armonía; también encuentra ventajas para la propia existencia, en el placer del turismo cultural, en el aprovechamiento económico de las tradiciones y en la transculturación de su forma de concebir el mundo. Estos sólo son unos pocos ejemplos de los beneficios de los procesos educativos, el resto puede establecerse en dos niveles: en la historia de los pueblos y en las anécdotas individuales de la gente de progreso.


Educación ¿para qué? Pues, para definir un lugar, un tiempo, una calidad y una forma de vida… en la salud, en lo económico, en lo ambiental, en lo cultural y en lo espiritual.

Autor: Edwin Rolando García Caal
Febrero 2012

Bibliografía

Boeree, R. G. (2003). Teorías de la personalidad. Publicación Web: 2003, Dr. Rafael Gautier and Dr. George Boeree.

CONAP. (2005). Proyectos comunitarios en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas. Guatemala.
Coraggio, J. L. (1992). Economía y Educación en América Latina (notas para una agenda para los 90). Santiago de Chile: CEAAL, No. 4.

Couder, E. D. (1991). Diversidad sociocultural y educación en México. México, D. F.: Seminario de Estudios sobre la Cultura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Page, A. (s.f.). Léconomie de léducation. Paris.

UNICEF. (1997). Educación para la salud: promoción y educación para la salud. Hamburgo: CONFITEA.
Valverde, A. C. (s.f.). ANUIES. Recuperado el 28 de noviembre de 2011, de Economía y educación: un panorama (primera parte):
 http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res030/txt2.htm


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