lunes, 19 de marzo de 2012

Política industrial: éxito y fracaso... parte II

Edwin Rolando García Caal

Los países del este asiático emprendieron el camino de la industrialización con ideas claras respecto de las fallas de coordinación del mercado, especialmente en las primeras etapas del desarrollo industrial. Sus políticas hicieron hincapié en conductas cooperativas entre las firmas privadas y en estándares de transparencia en el desempeño. Para esto tuvieron una selectiva y muchas veces muy fuerte intervención gubernamental. En el mismo análisis es posible identificar medidas de política muy específicas. Al respecto se realizó el estudio denominado “The East Asian Miracle: Economic Growth and Public Policy” realizado por el Banco Mundial (1993) y dirigido por J. Page. Es claro que en estos países el gobierno intervino sistemáticamente y a través de múltiples canales. Dos fueron las vías de intervención. La primera de ellas se enfocó en los equilibrios macro económicos. La segunda vía se enfocó en intervenciones selectivas a las fallas del mercado. Sin embargo, todos los países tuvieron clara la idea de que el proceso de industrialización no tiene una explicación única. En ese sentido lo que para unos países era una falla de mercado para otros países del mismo este asiático no lo era. Esto dependía de sus objetivos.

En la primera vía, la estabilidad macro económica se garantizó a través de grandes inversiones en capital humano, sistemas financieros estables y seguros, limitadas distorsiones de precios y apertura a la tecnología extranjera. El gobierno motivó tasas de interés positivas pero bajas, posibilitó el crédito dirigido, realizó una promoción industrial selectiva y estableció políticas comerciales de empuje exportador. Se garantizó el marco para las inversiones privadas a través de incrementar la integridad del sistema bancario de tal forma que se incrementaran los niveles de ahorro con ahorristas no tradicionales (todos los bancos en la República de Corea y de las provincias de Taiwan eran de propiedad pública). Las políticas educativas se focalizaron en la educación primaria y secundaria para generar rápidos incrementos en las habilidades de la fuerza de trabajo. Para mantener un estado fuerte, se garantizó el capital humano de las instituciones de gobierno a través de las contrataciones de los servidores públicos con un servicio civil de alta calidad, capaz de verificar el desempeño de los empleados públicos. Se garantizó el puesto de trabajo pero a la vez se garantizó la calidad del servicio del empleado público. El gobierno no suplantó a las empresas sino buscó fortalecer sus limitaciones. Los entes de dirección económica, mantuvieron una distorsión de precios dentro de un rango permisible.  

En la segunda vía, inicialmente los países se abrieron a la tecnología exterior con características de bien público. No era posible motivar un rápido crecimiento si no se lograba aprovechar las tecnologías disponibles internacionalmente. Sin embargo, evitaron las tecnologías experimentales y las tecnologías muy anticuadas. Asimismo, no se pusieron como meta crear nuevas industrias sino mejorar la productividad física de las existentes. El gobierno estaba en busca del empresario innovador para llenar horizontalmente aquellos mercados incompletos. En la República de Corea se optó por los carteles industriales. En Taiwan se optó por el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. En Corea, Taiwan y Japón se siguió en la ruta de las empresas públicas mientras que en Dinamarca, Suecia, Finlandia, Tailandia, Malasia e Indonesia se optó por las empresas transnacionales. Cuando se encontró heterogeneidad entre firmas de una misma industria, antes de hacer grandes inversiones en investigación y desarrollo se promovió una rápida difusión de las tecnologías disponibles internacionalmente. Se apoyó a aquellas firmas que demostraron capacidad para competir con los países desarrollados con más rapidez que el resto. Japón, Corea y Taiwan realizaron promoción de las exportaciones con una limitada liberalización de las importaciones. Hong Kong y Singapur iniciaron la promoción de las exportaciones con una liberalización total de las importaciones.

Con el objetivo de incrementar la productividad, intervinieron los mercados seleccionados de una forma tan rigurosa pero amparada por la fuerte institucionalidad del Gobierno. Algunos países motivaron un incremento en la innovación a través de certámenes económicos públicos, que combinaron la competencia con los beneficios de la cooperación entre las firmas y el gobierno, asimismo permitieron la competencia y cooperación en el sector privado específico. El gobierno establecía las recompensas según el desempeño de las empresas. Los resultados eran verificados por las firmas que competían y por el gobierno. Al respecto se contaba con jueces competentes e imparciales. Quien mayor innovación lograba recibía la recompensa. El gobierno fue el encargado de diseñar los certámenes para que fueran inmunes a interferencias políticas. Las políticas agrícolas forzaron el cambio en la productividad pero sin cargar excesivamente de impuestos a la economía rural. Las fallas de mercado se estudiaron a nivel micro económico. Para resolverlas fueron evaluados los contextos locales, las capacidades tecnológicas endógenas alcanzadas por la industria, la capacidad para la transferencia y la necesidad del involucramiento o no del gobierno.  Se evaluó la necesidad de hacer una intervención continua o momentánea.

La experiencia de los países del este asiático muestra que los casos exitosos se deben a un conjunto de variables y al funcionamiento global del sistema. El cambio propicio incluye un Estado con instituciones sólidas y una adecuada promoción de la competitividad, en la línea de las ventajas comparativas. Promover una adecuada política industrial parece exigir entre sus características el poder de constituirse en un marco necesario para conformar el entorno de las firmas, considerando la infraestructura física, el aparato científico tecnológico, la educación orientada a la innovación, la red de proveedores y sub contratistas, los sistemas de distribución y comercialización, los valores culturales, las instituciones, el marco jurídico, metas de largo plazo pero con acciones con efectos de corto plazo, un proceso endógeno continuo, con responsabilidad de los empresarios y un sector público capaz de sancionar el comportamiento ineficiente, sin apadrinar la falta de competitividad.

El reto de la industrialización hoy, trae consigo prohibiciones interesantes. No es posible mantener bajos salarios, afectar el medio ambiente, hacer sobre protección de las firmas, dar elevados subsidios a las exportaciones, olvidar el beneficio social de las políticas. Todo ello depende y exige una elevada capacidad y creatividad gubernamental para diseñar y llevar a cabo las acciones sobre los distintos agentes económicos. Asimismo, el gobierno debe tener la capacidad institucional necesaria para mantener un marco macro económico consistente con la política industrial que se establezca y en lo que le compete mejorar el capital humano, hacer evaluación exante, durante y expost, en total transparencia, con objetivos claros y elementos de promoción decrecientes que permitan el paso de un sistema de premios a uno de castigos. Claro que los procesos de aprendizaje no surgen automáticamente, por eso también es importante saber que se cometerán errores, pero es mucho mejor cometerlos si resultan de esfuerzos dirigidos y no de resultados casuales.

Para ampliar y discutir:
Qué papel tiene la educación universitaria dentro del tema de la política industrial?

Documentos consultados: Kosacoff y Ramos, 1999. El debate sobre política fiscal. CEPAL.

Política industrial: éxito y fracaso

Edwin Rolando García Caal

En la historia reciente existen dos grupos de países que hasta antes de 1980 eran considerados países en desarrollo. Uno de ellos al que pertenecen los países Latinoamericanos y otro de ellos al que pertenecen los países del este asiático. Ambos grupos de países aplicaron medidas contrarias a lo que establece el conjunto de políticas del denominado Consenso de Washington. Es bien sabido que este consenso promueve la apertura económica, la desregulación y el proceso de privatizaciones (visión neoclásica pura). En Latinoamérica se encuentran las naciones que emprendieron el camino de la sustitución de importaciones a través de la protección del mercado interno y de una activa intervención gubernamental. En las economías del este asiático el gobierno intervino, sistemáticamente y a través de múltiples canales, denominados el equilibrio de la estabilidad macroeconómica, la formación de capital humano, la estabilidad de los sistemas financieros y de seguros, las distorsiones de los precios y la apertura a tecnología extranjera. Asimismo, el gobierno de los países asiáticos en mención, realizó una promoción industrial selectiva, especialmente de empuje exportador.

En Latinoamérica, para promover la actividad industrial se optó por una política de sustitución de importaciones. Se seleccionó del listado de importaciones de bienes de capital, uno que tuviera eslabonamientos hacia atrás y hacia adelante. En otras palabras, para motivar la producción de dicho bien era importante garantizar los insumos (eslabonamiento hacia atrás) motivando la existencia de firmas proveedoras de insumos y tecnología. Esto significaba garantizar las condiciones económicas de los sectores que alimentaban la industria. Asimismo se seleccionó a los servicios hacia adelante. Firmas responsables de proveer los servicios necesarios para la comercialización y distribución del bien de capital que se había decidido producir.  Un ejemplo típico de estas decisiones fue la producción de automóviles. Su fabricación necesita de muchos insumos y genera muchos servicios posteriores, inclusive la distribución de los combustibles, los repuestos y los servicios.
  
La elección de producir automóviles motivó la eliminación de aranceles para todos los productos de importación. También quedó libre de aranceles la importación de tecnología para producirlos.  Alberth Hirschmann llama a estos sectores, sectores pautadores. El objetivo de la política era romper la especialización respecto de los bienes primarios y por lo tanto corregir la balanza de pagos. Una debilidad de origen en la propuesta fue no considerar la forma de distribución de la renta en estos países. Los únicos sectores que podían pagar la importación de vehículos eran quienes más renta tenían. En ese sentido, para anular las importaciones de vehículos era necesario colocar aranceles altos. Por ejemplo, un arancel de 400% para la importación de automóviles. La otra pregunta interesante es, luego de lograr reducir las importaciones de autos a 0%, ¿quién produciría los automóviles dentro del país? Tampoco se consideró el poder de las compañías internacionales productoras de automóviles. En Colombia, por ejemplo, la Ford se internó en el país, decidió importar todas las partes aprovechando que no tenían aranceles y se puso a ensamblar los autos en Colombia. Usando la misma estrategia entran también la Fiat y la Renault.

Un problema inmediato fue que teniendo la garantía del mercado y evitada la competencia, las compañías empezaron a producir con rendimientos sub óptimos, se produce muy caro y debido a que la demanda es escasa se producen muy pocos autos por lo que la maquinaria es sub utilizada. Para continuar operando empiezan a producir motos, luego lavadoras y siguen en la línea de blancos. Esta situación hace que cada producto que se ensambla en el país tenga un alza en los precios. Hay un incremento acelerado en el capital pero no se generó empleo, por lo tanto hay una reducción en el nivel de empleo y un incremento sostenido en los precios. Algunos países reportaron incrementos en los precios de hasta 36,000 por ciento. ¿Quién paga la factura? Dos sectores. Por un lado el sector exportador, que no puede subir los precios porque su mercado es internacional y allí sí hay competencia y guerra de precios. Por lo tanto, insumos caros y precios altos provocaron que las firmas exportadoras se retiraran y abandonaran el mercado.  Este cierre de empresas provoca una caída mayor en el nivel de empleo. Por otro lado se encuentra el sector productor de alimentos y especialmente el sector agrícola. La subida del nivel de precios origina que los insumos se encarezcan y por lo tanto este sector pierde la estructura de precios de los insumos. Como no exporta sí puede subir los precios pero el Gobierno introduce controles de precios, como no conviene el incremento en el precio de los alimentos algunos países aplicaron la política de precios tope, esto y la presión de la inflación hicieron desaparecer al sector agrícola. Como se reduce la producción de bienes agrícolas, se inicia la importación de alimentos.

Lo mismo ocurre con los servicios básicos. La inflación hace subir el costo de los insumos, pero el Gobierno sigue manteniendo los precios con el fin de evitar un estallido social. Se llegó al extremo de que el Gobierno pagaba más cara la impresión de los tickets del transporte público que lo que la ciudadanía pagaba por dicho servicio. Hubiera sido más económico no cobrar. Como se reducen drásticamente las exportaciones (generadoras de divisas) y se incrementan las importaciones de insumos industriales y alimentos, inclusive los productos agrícolas que nunca antes se habían importado, se genera una crisis estructural de la balanza de pagos. Como hay cierre de empresas se incrementa el desempleo. En economía se sabe que un problema en la balanza de pagos es un problema de demanda, por lo tanto la solución no inflacionaria sería reducir la demanda. Sin embargo, los gobiernos no pueden hacer eso debido al desabastecimiento de alimentos, por lo tanto no les queda otra cosa que permitir préstamos que incrementan la deuda externa. Esta deuda no la negocia el Estado sino la empresa privada.

Las economías desarrolladas, en ese periodo están experimentando un incremento mayúsculo en el precio de los combustibles. Por lo tanto tienen un exceso de liquidez en sus economías (petrodólares). La salida que tienen es exportar capitales y convertir el exceso de liquidez en Deuda externa para los países en desarrollo. Pero las condiciones económicas de los países en desarrollo apuntaban a no llenar los requisitos para un préstamo. Cuando una familia está gastando el doble de los ingresos que recibe ningún banco le prestaría, porque tiene más certeza de que no le paguen. Sin embargo, el sistema financiero de los países desarrollados hizo caso omiso de la situación de crisis en los países en desarrollo y prestó todo el dinero que se solicitó. Esto se llama generar una burbuja económica….. (este artículo continuará). 


Para ampliar y discutir: 


Cómo quedaría un esquema que simplifique los efectos de la política industrial de sustitución de importaciones?

jueves, 15 de marzo de 2012

Coordinación en los mercados industriales

Edwin Rolando García Caal

Existe en la estructura del mercado industrial un contexto de interdependencia y de especificidad de los servicios que resulta muy importante para la eficiencia. Sin embargo, estos servicios necesitan coordinación. Dicha coordinación, de ser hecha por el mercado, incurriría en altos costos de negociación, lo que impactaría seriamente la eficiencia; por otro lado si la coordinación fuera hecha por el Estado (desde una visión centralizada), incurriría en altos costos de información, lo cual impactaría seriamente el bienestar social.

En ese sentido lo más conveniente es una política industrial que, sin eliminar el incentivo del beneficio privado, socialice el riesgo; promoviendo transformaciones adicionales a las que el mercado no podría llegar por si solo. Esta función de la política industrial tiene un mismo papel en dos dimensiones: Una dimensión estática y una dimensión dinámica. Su papel es evitar las fallas de coordinación.

La política industrial en la dimensión dinámica implica, en el primer ámbito de acción, intervenir en las decisiones de inversión inicial. Es importante identificar que una inversión por encima de las necesidades (sobreinversión), para entrar al mercado, podría llevar a la firma a la quiebra por falta de demanda. Por otro lado, una inversión por debajo de las necesidades (subinversión), para entrar al mercado, podría llevar a una insatisfacción social por producción baja, lo que podría dar un mensaje sobredimensionado a la competencia, respecto de las necesidades de inversión y llevaría a una sobreinversión, lo que puede hacer que varias firmas quiebren y se pierdan los recursos. Este problema se llama incertidumbre. La política industrial puede corregir la incertidumbre a través de investigaciones de mercado que midan el tamaño de la demanda, haciendo que la entrada a ella sea óptima.

Igual que a la entrada, existe también incertidumbre a la salida del mercado. Una caída temporal de la demanda puede dar lugar a una guerra de precios entre las firmas, lo que posibilitaría la sobrevivencia de las firmas más fuertes y la salida de las otras. Esta salida llevaría a una pérdida de recursos sociales y como consecuencia posibilitaría la formación de monopolios, una vez que el mercado estuviera en la fase de recuperación. La política industrial permite la coordinación de salida a través de carteles de recesión (Chang, 1994), lo que llevaría a las industrias a la aplicación de medidas conjuntas y conciliadas. Estas medidas, si persiste la caída de la demanda en el mediano plazo, llevarían a una reducción negociada de la capacidad productiva de la industria como tal. Por el contrario, si los riesgos deben ser asumidos por los individuos es posible que los cambios necesarios no se produzcan.

La socialización del riesgo a través de la política industrial es una forma de promover transformaciones que involucran interdependencia. El fin de la política en el tema de la coordinación es preservar la diversidad de firmas en la industria y por ende reducir la posibilidad de la conformación de mercados monopólicos y oligopólicos. Asimismo, las industrias incipientes pueden necesitar ciertas garantías en cuanto a la entrada de potenciales competidores para lanzarse al sendero de la creación de conocimiento. Bajo esta necesidad la política industrial puede posibilitar la conveniencia de proteger a dichas industrias y coordinar los proyectos. Cuando el mercado industrial ha madurado sólo queda hacer política industrial estática. Esta política buscará únicamente proporcionar información a las industrias, sin protegerlas ni garantizar su permanencia en el mercado, ya que estas medidas sólo son necesarias en la primera etapa de formación del mercado. La mejor forma de hacer política industrial estática es la coordinación de la investigación universitaria con el fin de promover la innovación tecnológica y articular dichas actividades con el mundo de la producción. Asimismo, otra forma de hacer política industrial estática es haciendo posible la creación de instituciones privadas que permitan socializar los riesgos inherentes a la actividad innovativa.

Para reflexionar y ampliar: Cuáles son las ventajas de la diversidad de firmas en una industria? Por qué es recomendable no dejar a todas las firmas de una industria en situación de autarquía?

Documentos consultados: Kosacoff y Ramos, 1999. El debate sobre política industrial. CEPAL.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Sistema de Cuentas Nacionales y cálculo del PIB

Edwin Rolando García Caal
Sistema de Cuentas Nacionales es la denominación que se le da, en el ámbito internacional al registro estadístico que, anualmente, intenta representar el comportamiento del aparato económico de un país, con el fin de calcular la tendencia de su progreso económico.  Actualmente, se  utiliza en Guatemala  la versión 1993 (SCN93) cuyo éxito estriba en la armonización metodológica que se logró entre la Comisión de las Comunidades Europeas (EUROSTAT), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de las Naciones Unidas (OCDE), la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Comisión Económica para África y el Banco Mundial (BM) (ONU, 1993).

Hablar del Sistema de Cuentas Nacionales es referirse a dos aspectos esenciales de la economía. Por un lado se describen las características de la actividad productiva de bienes y servicios, (quién produce, para quién produce y cuánto produce), estas son las cuentas de producción y flujos corrientes, que determinan primordialmente el PIB y el ingreso nacional; por otro lado, las cuentas económicas integradas en donde se establece principalmente la disposición de activos financieros y no financieros y sus respectivas variaciones como resultado de las variaciones de sus precios y los cambios en el tiempo. Estas segundas cuentas permiten determinar las fuentes de generación, distribución, redistribución y uso del ingreso en los procesos de acumulación y creación de valor (García C., 2006).

El  cuadro que captura la información es llamado Matriz de Oferta y Utilización. Al respecto hay que tomar en cuenta que al momento de registrar la Demanda, los bienes y servicios ya han sido utilizados, entonces existe equivalencia entre Oferta y Demanda y Oferta y Utilización, asumiendo que estos conceptos son sinónimos. La metodología del SCN, parte del postulado fundamental de J. B. Say[1]: Toda oferta (O) crea su propia demanda (D), esto es O = D   Función (I). Los preceptos básicos que acompañan los cálculos están dados en la  Función (II).

Mk + UfP + OdnM + M = Cf + Ci + FbK + G  + X   Función (II)

Esta función,  del lado izquierdo permite hacer cálculos de la oferta y del lado derecho  (del signo =) permite hacer cálculos de la utilización. Las  definiciones fueron desarrolladas por Jonh Maynard Keynes[2] desde 1936.  La fórmula citada señala que el PIB no se calcula a partir de una oferta única, ya que hay una parte de la producción que se hace para vender y obtener una ganancia, otra parte se produce para usar y una última se hace para regalar.  Esta última si no se regala se ha de vender a un precio no significativo o se da a cambio (trueque). Esta última producción referida no tiene la intención de generar una ganancia, tal es el caso de la producción que hacen las organizaciones benéficas.  
                                                             
En ese sentido es correcto hablar de una producción de mercado (Mk), una producción para uso final propio (UfP) y otra producción no de mercado (OndM). A estos tipos de producción hay que sumarle las Importaciones (M); la suma de estas  menos los costos de producción da como resultado el PIB por el lado de la oferta (García C., 2006). 

El Consumo tiene dos características diferentes: Un consumo final (Cf) que agrupa los bienes que se consumen definitivamente como es el caso de los alimentos, y un consumo intermedio (Ci) que se refiere a los bienes que se usan como insumos para hacer otros productos, como en el caso de la madera empleada para hacer muebles.  La Inversión en cambio, se refiere a la compra de aquellos bienes que duran más del año. Éstos incluso, pueden venderse al año siguiente, para recuperar parte del costo o mantenerse hasta su depreciación definitiva. Por eso es que la inversión así interpretada puede llamarse Formación bruta de capital (FbK). 

Para cuadrar la ecuación en ambos lados del signo igual (=), es necesario recordar que la Demanda ha pagado en el precio de los productos, valores que no están en el lado de la oferta.  Estos valores son, por ejemplo el IVA (Impuesto al Valor Agregado) y los otros impuestos.  Otra parte de la demanda ha pagado menos que el precio de los productos, debido a subsidios del Gobierno. Tal es el caso del transporte público en la ciudad capital de Guatemala. La sumatoria de estos valores son los que permiten el Consumo del Gobierno (G).  Otro dinero incluido en el precio es el margen de distribución, que no es más que el costo de transportar los productos de un lugar a otro.  Para cuadrar la ecuación  es necesario colocar del lado de la oferta, los sobreprecios, llamados Impuestos (Tx), Subsidios (Sub) y márgenes de distribución (Mg) que ya están incluidos en la demanda. En el sentido de lo explicado, la fórmula definitiva sobre la cual descansa el cálculo de las cuentas nacionales contiene  por el lado de la oferta  los  sobreprecios y por el lado de la demanda las exportaciones (X) (ver Función III) (García C., 2006).

Mk + UfP + OdnM + M  + Tx − Sub + Mg  = Cf + Ci + FbK + G  + X               Función (III)

Las Cuentas Nacionales de Guatemala se registran en el Banco de Guatemala (BANGUAT) a partir de 1950, desde ese entonces, han sido publicadas de forma ininterrumpida.  Sobre este mérito descansan infinidad de acciones de política de las instituciones que coordinan el futuro de la nación.  Asimismo, permiten identificar las capacidades que el país tiene para hacerle frente a todas las necesidades de financiación. Es importante tomar en cuenta que el PIB es un indicador de valor agregado, en ese sentido no hay que asignarle propiedades que no tiene. Es posible determinar el peso que ciertas actividades económicas tienen en el cálculo del valor agregado, pero no es conveniente confundir la participación en la generación del PIB con un monto equivalente a una proporción del PIB. Estos son dos cálculos diferentes. Como ejemplo, podemos calcular las aportaciones que los servicios de educación tuvieron en el valor agregado nacional (PIB), pero las pérdidas que se tienen en educación por una tormenta u otro evento natural extremo no constituyen una aportación de valor agregado por lo tanto no son una proporción del PIB, sin embargo si se compara con el PIB tienen una magnitud de comparación. En síntesis hay actividades que no aportan al PIB pero sí pueden compararse con el PIB.

DOCUMENTOS CONSULTADOS

García, C., 2006. El Sistema de Cuentas Nacionales de base 1993. Unidad de Estadística Ambiental del Banco de Guatemala.


[1] J. B. Say fue un economista clásico Francés que en 1817 escribió en su libro “Tratado de Economía Política” la afirmación de que toda oferta crea su propia demanda, esta afirmación es conocida en la actualidad como  la Ley de los mercados.
[2] Keynes fue un economista Británico que en 1936 publicó “La teoría general del empleo, el interés y el dinero”, la principal base del actual Estado de bienestar y el sustento teórico del SCN. Aplicó la ley de Say  (Juan Bautista Say) y orientó la economía occidental de la postguerra.

lunes, 12 de marzo de 2012

La política industrial y las externalidades

Edwin Rolando García Caal

Existen externalidades que inhiben la actividad industrial o por lo menos reducen significativamente las inversiones en este sector. Una de ellas es la inversión en investigación y desarrollo. Es bien sabido que el conocimiento no puede contenerse. Por lo menos no por mucho tiempo, ya que tiene la característica de un bien público. Un bien público en el análisis económico es aquel que tiene dos características específicas, la primera es la “no exclusión” y la segunda la “no rivalidad”.

Un bien no excluyente es cualquier bien cuyo derecho de propiedad lo tiene el comprador pero el disfrute de su consumo no lo tiene únicamente el comprador. Existen muchos otros consumidores del bien que disfrutan de sus beneficios sin haber pagado por ello, pero cobrarles sería cosa difícil. Un ejemplo claro es la compra de luces de bengala. Imaginemos que una persona compra 100 luces de bengala porque le gusta ver el cielo iluminado con las luces de colores que se dispersan aleatoriamente en una combinación sin fin de formas y expresiones. Sin embargo, al prender las luces no puede excluir de su disfrute a todos aquellos que desde el mismo lugar o desde otra posición cercana pueden también disfrutar de las mismas luces que el comprador contempla.

Lo mismo ocurre con el pago de una canción en un programa radial de complacencias. Cuando una persona llama a la estación para solicitar una canción preferida, ya sea por recuerdos, por nostalgia o por cualquiera otra razón, está asumiendo el costo de escuchar la canción. Dicho costo es equivalente al pago de la llamada telefónica, no obstante al momento de escuchar la canción no puede hacer nada para excluir o evitar que otros radioescuchas también escuchen la canción cuyo costo de complacencia asumió.

La segunda característica de los bienes públicos es la no rivalidad. Esto significa que el consumo hecho por un individuo no impide el consumo que otro individuo pueda hacer del mismo bien. Un bien económico no público sí tiene la característica de rivalidad. Si usted se consume una manzana, ninguna otra pesona podrá consumirse la misma manzana; podrá consumirse otra manzana, pero nunca la misma manzana que usted ya consumió. Por lo menos no en el mismo estado de la materia. Sin embargo, una película es un bien no rival. Por ejemplo, si usted pagó para ver la película y le pagó a su pareja la entrada al cine para ver la misma película, ambos pueden verla sin rivalidad. Pueden hacer consumo simultaneo del bien sinq ue eso cause ningún inconveniente. Es más, usted pagó para que su consumo se hiciera al mismo tiempo, aunque si deciden er la película a distinta hora cada uno, también tendrán el mismo nivel de satisfacción y quien sonsumió antes o disfrutó antes del bien adquirido no tiene ventaja sobre quien disfrutó de la película en otro momento, ya sea en segundo lugar, o en tercero o en cuarto. Para todos, el disfrute de la misma película proporciona la satisfacción esperada y nada importa quien haya entrado primero al cine. Eso lo hace un bien público.
 
La investigación y desarrollo en la industria, también tiene característica de bien público. Porque significa creación de conocimiento y el conocimiento no puede ocultarse. Es inevitable que los frutos del esfuerzo de investigación de una industria se expandan a través de la sociedad. Esta característica de la investigación industrial hace que ninguna industria quiera invertir en este tipo de actividades. Cada firma asume que le está pagando el ingreso a otra firma de la competencia. Beneficiar a otras industrias pagando proyectos de investigación y desarrollo es llamada una externalidad positiva (un beneficio que no es para la industria que lo genera). Arrow, 1962; Griliches, 1979; Jaffez, 1984; Bernstein, 1988 y Lichtenberg y Siegel, 1989 aconsejan la intervención de la política económica para posibilitar la investigación y el desarrollo industrial. Para el efecto proponen subsidiar los costos privados de investigación y desarrollo. También proponen incentivar a las firmas a internalizar las externalidades asociadas a la creación de nuevas tecnologías a través de Joint ventures (convenios de proyectos conjuntos) para investigación y desarrollo. Otra salida es incrementar la protección en el exterior de los derechos de propeida intelectual (mecanismo de patentes).

Una segunda externalidad que inhibe la actividad industrial es el aprendizaje por la práctica. Existen firmas que pueden obtener ganancias de productividad provenientes de la experiencia de producción de otras firmas que no son las que inicialmente emprendieron el proceso de manufacturación. Esto se debe al traslado inevitable de trabajadores (aprende en una firma y se va para otra en busca de incrementos salariales). Esto provoca también que aparte de no querer entrar por miedo a la externalidad del aprendizaje por la práctica (lo que beneficia a la competencia), las firmas que ya se establecieron tengan a su vez una baja inversión en capital humano. Se niegan a dar capacitación en servicio.

Esto hace que las industrias operen en forma sub óptima porque si invirtieran en el capital humano su productividad podría mejorar y mejoraría así el bienestar social por un incremento en la producción de los bienes industriales. La propuesta de Horowitz y Sherman, 1980; Simpson, 1984 y Barron, Black y Lowestein, 1987 apunta a otorgar subsidios a la industria para invertir en capital humano; aunque esta medida no garantiza la internacionalización de la externalidad podría lograrse un alto grado de apropiabilidad de los beneficios y por ende todas las veces ocurre un incremento del bienestar social.

Una última externalidad que se puede ejemplificar en este artículo es el tema de las externalidades por eslabonamiento vertical. Puede ocurrir que una industria no se instale porque no tiene garantía de la entrada de un productor de sus insumos; al mismo tiempo el productor de los insumos no se instala porque no tiene garantía de que el comprador de su producción vaya a entrar en el mercado. Ninguno de los dos se hará cargo de invertir en costos fijos aunque ambos se beneficiarían si lo hicieran. Scitovsky, 1954 y Pack y Westphal, 1986 proponen que el Estado otorgue un subsidio a la producción, con el objeto de propiciar la entrada de ambas industrias en el mercado.

Para comentar y ampliar: Cómo se explica el tema de los costos de transacción expuesto por Chang, 1994? Cómo se pueden evitar los costos de transacción?

Documento consultado: Kosacoff y Ramos, 1999. El debate sobre política industrial. CEPAL.


domingo, 11 de marzo de 2012

Industrialización con intervención gubernamental

Edwin Rolando García Caal

El Estado siempre ha evaluado los posibles beneficios de desarrollar políticas industriales. Ya sea bajo la perspectiva de garantizar la competitividad, ya sea porque pretende garantizar la provisión de bienes para todos los estratos de la sociedad o bien porque pretende corregir las fallas de mercado.  En este último objetivo, la teoría económica establece que en aquellos mercados en donde prevalecen los monopolios y los oligopolios, la cantidad de bienes suministrados es menor que en aquellos mercados en donde existe un contexto competitivo. Especifiquemos este ámbito.

El tema de las economías a escala se considera una falla de mercado. Para los analistas económicos es bien sabido que en cualquier actividad industrial a mayor producción menores costos. Esto es lo que se denomina economías a escala. El orígen de las economías a escala se da como resultado de mantener permenantes en el corto plazo, los costos fijos de la actividad. El tema en la industria es importante debido a que los costos fijos de la actividad tienen una importante participación en la composición orgánica del capital, sobre todo para la adquisición de maquinaria y equipo. También es importante recordar que la capacidad instalada de la industria no inicia con la producción de nivel máximo hasta que se dan ciertas condiciones de la demanda. En palabras simples, bajo el supuesto de que una actividad industrial tiene un costo fijo de 100,000 producir 100,000 unidades asigna a cada unidad producida un costo fijo de 1. Cuando la industria alcanza la capacidad de producir 200,000 unidades su costo fijo distribuido dentro de estas unidades se reduce a 0.5 lo que permite señalar una economía de 0.5 por unidad producida en la segunda escala de producción. Con una producción a mayor escala, el costo fijo por unidad producida tiende a ser cada vez menor. El nombre específico para las economías así obtenidas es “economías estáticas a escala”.

Bajo la perspectiva de este análisis, para una industria es importante el volumen de producción. Esto ha dado como resultado grandes capacidades instaladas y a su vez grandes costos fijos de entrada, sin embargo, el incremento de la producción también garantiza la existencia de una escala de operación con costos medios decrecientes. Horstmann y Markusen (1986) y Schlie (1986) señalan que las economías estáticas de escala son una falla de mercado ya que, al necesitar de grandes inversiones para iniciar la producción, son muy pocas las firmas capaces de entrar en el mercado. Esto puede considerarse con propiedad si se toma como ejemplo la fabricación de cemento en Guatemala. La inversión necesaria para competir con la industria que domina el mercado es tan grande que durante años se ha mantenido en situación de monopolio. Es decir, existe una escala de operación mínima para alcanzar el precio de mercado de dichos productos, lo que para cualquier industria nueva es muy difícil de alcanzar.

La situación de monopolio acarrea tras de sí dos desventajas para el bienestar social. En primer lugar, cuando la industria no tiene competencia no está obligada a encontrar el punto óptimo técnico en donde los costos medios igualen a los costos marginales en el precio de mercado. Este punto en situación de competencia es importante porque apartir de allí se determina el nivel de producción que posibilita la máxima ganancia. Debido a que no tiene competencia la industria del monopolio puede darse el lujo de establecer el precio de mercado en cualquier nivel de producción. Es decir, la industria puede unilateralmente establecer el monto de su ganancia. Tal posición reduce el bienestar social porque el conglomerado sacrifica parte de su renta (que podría estar destinada a otros usos) para adquirir el bien industrial a un precio mayor que el establecido técnicamente. La otra desventaja para el bienestar social se dá en el ámbito de la calidad. A sabiendas de que no existe un producto con el cual se pueda comparar la calidad del bien industrial en situación de monopolio, la firma que ostenta el monopolio tiene poco interés en la mejora constante de la calidad y por lo tanto el bienestar social se ve mermado.

Los autores citados analizan la necesaria intervención del Estado para corregir las economías estáticas a escala. La primera recomendación es otorgar un subsidio a la entrada si el excedente del consumidor es mayor a las pérdidas operativas de la industria monopolística que se está interviniendo.  La segunda recomendación es evaluar que dicho subsidio sólo es posible si provoca un efecto negativo en la ganancia de la firma monopolística.

Existen otras economías a escala que dependen de la curva de aprendizaje (Alchian, 1963; Zimmerman, 1982 y Trajtenberg, 1989). Este punto explica el incremento de los costos cuando la experiencia es mínima y la reducción de los costos cuando la experiencia ya es mayor. Los costos de producción son elevados al principio de la actividad porque el derroche de recursos es inevitable, en tanto se calculan los tiempos óptimos y se reducen los residuos. La experiencia acumulada permite declinar rápidamente los costos medios a pesar de no incrementar la cantidad producida. Estas economías son llamadas “economías dinámicas a escala”.

En ese sentido los analistas de la intervención del Estado aconsejan otorgar un subsidio a la entrada pero sólo mientras dure la fase de aprendizaje, siempre que el excedente del consumidor sea mayor que las pérdidas operativas privadas debido a esa entrada. Esto no es necesario en situación de competencia debido a que el ingreso de más de una firma reduce el volumen de ventas de las existentes y la velocidad con la cual adquieren experiencia y por lo tanto se reducen los beneficios asociados a las economías dinámicas a escala.

En ambos casos, Brander y Spencer, 1985; Baldwin y Krugman, 1987 y Helpman y krugman, 1989, recomiendan que el Gobierno se debe comprometer a apoyar a las firmas locales en su deseo de entrar a competir con las firmas monopolicas rivales, sobre todo si estas son extranjeras. 

Para ampliar y comentar:

Es conveniente la intervención del Estado para propiciar el ingreso de nuevas firmas a un mercado de competencia monopolística? Por qué se dice que cualquier tipo de intervención del Estado sólo reduce el bienestar social?

Documentos consultados: Kosacoff y Ramos, 1999. El debate sobre política industrial. CEPAL.